Cuando Hablamos de historia, sociales y democracia, nos remitimos a libros y cuadernos, pero sociales es la reconstrucción de la memoria, el poder ver lo errores cometidos, la capacidad de aceptación y la posibilidad de opinar de cómo construir una nueva sociedad. Cada ciclo generacional a construido sus propios mitos y cambios, este espacio académico, ayuda a estructurar estos cambios a partir de ideas nuevas y viejas que contrasten con las necesidades de la sociedad.

A esto Piaget les llamaba los ciclos generacionales, es cómo perciben los cambios sociales del pasado, pero además cómo perciben los problemas de futuro, cómo asumen las diferencias y cómo enfrentan las confrontaciones. Estos cambios generacionales, nos invocan a tener la mente abierta y adaptarnos a las nuevas formas de ciudadanía, siempre y cuando respetando la ya establecidas, pero sobre todo a poder entablar conversaciones que superen las diferencias.

Para esto debemos hacer un reconocimiento a la diferencia social y cultural, aceptando que hay otras visiones y versiones del mismo tema o concepto, reconocer esta diferencia nos permite alimentar esos diálogos sociales que son tan relevantes en un mundo tan polarizado por las mentiras y la desinformación, que utiliza el miedo como forma de radicalizar a la gente frente a ciertos temas. El desarrollo de las políticas estatales pareciera que no tiene estos espacios de dialogo, además de una falta de reconocimiento a los otros.

Las ciencias sociales en la escuela deben poder potenciar la democracia no solo una forma de votación sino como forma de participación en sociedad y en la construcción de una ciudadanía activa; en el Colegio Provinma buscamos abrir estos espacios y prácticas que permiten desarrollar el dialogo, además de una participación activa dentro una sociedad, más conectada pero más aislada.